Para mí, cualquier momento de la vida es ideal para hacer un buen viaje. De hecho, si pudiera, estaría viajando todo el tiempo.
Entonces, ¿Porqué hay personas que disponen del tiempo y el dinero y no viajan?
Hay otros factores que frenan nuestra ansia de viajar. Como por ejemplo tener una pareja a la que no le guste viajar, o tener hijos pequeños.
Muchas de las personas que viajan conmigo han pasado por un divorcio. Otros han llegado a acuerdos con sus parejas para tener un espacio para cada uno.
En ambos casos, ahora disponen de un tiempo solos que pueden ocupar con lo que les gusta.
También me encuentro con otros casos de personas que hasta ahora no han viajado porque se han puesto un freno mental ellos mismos, con sus miedos.
Por ejemplo, el miedo a lo desconocido, el miedo de no sentirse capacitado de viajar solo, el miedo de no sentirse seguros, el miedo a las barreras lingüísticas y culturales o el miedo a la incertidumbre y falta de control.
Yo siempre digo que estas preocupaciones son comprensibles, pero a veces nos aferramos demasiado a ellas y las exageramos un poco. Como que las usamos como excusa para no salir de lo conocido.
Cuando las personas con miedos deciden apuntarse a nuestras experiencias mochileras en grupo, es porque se están desafiando a sí mismos. Porque están empezando a hacer un poco de trabajo interior y necesitan aplicar cambios a su vida.
Nuestras experiencias, en pequeños grupos de personas que están pasando por alguna de estas situaciones, o similares, hacen que el viaje sea el recurso ideal para superar estas barreras, mejorar nuestra capacidad de adaptación y abrirnos a nuevas experiencias.
¿Y tú, qué excusa te vas a poner para no venir?