Si será tu primera vez, no quiero estropearte la sorpresa, pero sí darte cuatro pinceladas para que te hagas una idea.
En mi caso, cuando piso el continente africano, siento que estoy en un lugar especial. El calor del ambiente, sus olores y sonidos te envolverán de tal manera que te sentirás parte de ello.
No esperes ver monumentos por qué no los hay. El interés del viaje está en sus gentes, sus costumbres ancestrales y sus paisajes. En los contrastes entre su belleza y la dureza de la vida diaria.
Visitar África consiste en dejarse llevar por sus vibrantes mercados callejeros llenos de ajetreadas mujeres con trajes coloridos, portando sus cestas en equilibrio sobre la cabeza.
Disfrutar también de sus frondosas selvas y sus rojizas sabanas. Alucinar con sus enormes y antiquísimos arboles de baobab sagrado, que tiene troncos tan anchos que para rodearlos hacen falta decenas de personas.
Al final del día, cuando el calor ya ha bajado, relajarse viendo el atardecer con una cerveza bien fresquita, tomando conciencia de lo vivido, convirtiéndolo en aprendizaje y sumando valores.